lunes, 19 de octubre de 2009

LUCHANDO CONTRA EL VIENTO : TRATANDO DE PESCAR LENGUADOS CON MOSCA

Vista de pozón de orilla en Caleta Pajonales. Fotografía Jorge Thomas

Después de más de un mes sin visitar la costa, el Sábado 17 de Octubre enfilé a Caleta Pajonales, alentado por los informes que reportában que hace dos días el mar estaba entre bueno y “al palo” como dicen en Huasco.

Cuando pasé por Caleta Totoral la playa se veía muy tranquila y casi me desvío, pero pensé si aquí está bueno el mar, en Pajonales debe estar igual, o mejor. La ansiedad por llegar me hizo acelerar un poco más, aunque un coletazo del vehículo producto de arena suelta en el camino, me hizo mantener la calma.

Ahora, con un letrero caminero bien claro, no había por donde pasarse. Los 7 Kilometros desde la carretera hasta la playa se hicieron interminables. Cuando llegué, tipo 8:30 horas, había un pescador solitario y me dirigí raudo a la playa, un poco para asegurarme que el mar estaba tranquilo y otro poco para conversar con el pescador.

Apenas divisé las pequeñas olas me di cuenta que el mar estaba ideal y entonces partí hacia donde estaba el pescador, pero algo en el sector sur de la playa desvió mi atención.

Una aleta dorsal gris oscura,… un delfín pensé, aunque también podría ser una pequeña ballena, de unos 4 metros de largo ….

Se movía parsimoniosamente y cubría un amplio rango, abarcando casi toda la playa. Me devolví a la camioneta para avisarle a Claudio Espinosa que cubriera el evento, así que lo saqué de su letargo y partió a sacar una foto, lo cual no era fácil dado que rara vez asomaba algo más que la punta de su aleta dorsal. Investigando en Internet, después pude determinar que efectivamente se trataba de una ballena piloto, ya que su longitud estaba en el rango y además su cabeza era redonda y la aleta dorsal se encontraba posicionada en el primer tercio del cuerpo….

Ballena piloto retozando en Caleta Pajonales. Fotografía Claudio Espinosa
En vista del acontecimiento, estaba claro que la pesca se limitaba al extremo Sur de la playa y los roqueríos de ese borde y al extremo Norte, que suele ser la mejor parte del playa.

Aprovechando que la pleamar era a las 9:30 horas, partí a las rocas del lado sur y me instalé sobre una de ellas, casteando con una mosca con anzuelo en tándem, de colores un tanto más oscura que las utilizadas anteriormente. Se veía actividad en la superficie, pero claramente no eran lenguados. Varias veces llegué al sector donde se veían peces alimentándose, pero ninguno tomó la mosca.

A poco andar aparecieron dos niños de unos tres años, un niño y una niña que parecían ser hermanos, y al poco rato empezaron a interferir con el casteo, colocándose atrás mío, al costado, o cambiándose de posición rápidamente, para finalmente empezar a tirar piedras al agua mientras gritaban como gaviota borracha …

En fin, comprendí que no sería fácil pescar ese día…
Entre la ballena y las gaviotas la cosa no funcionaba.

Dejé entonces la posición en las rocas y partí hacia una plataforma que hace las veces de muelle, de buena profundidad aunque con fondo de rocas, pensando que no me seguirían. Pero me equivoqué. Los dos niños partieron corriendo detrás de mí y el niño se arrepintió a medio camino. La niña fue más persistente y llegó hasta el final; no fue posible convencerla que sus papás se iban a enojar con ella y la iban a castigar. Después de estar un rato casteando vi actividad en la superficie a unos treinta metros de la costa, pero aunque alguna vez llegué, no tomaron la mosca. Aparentemente se trataba de un cardumen de jureles.

Debido al peligro de que la niña se cayera al agua, opté por abortar la pesca y devolverme caminando. Los niños me siguieron casi hasta la camioneta. En la playa se unieron a otros niños que insultaban a la ballena, gritándole .."ándate ballena #@#@" .., al tiempo que tiraban piedras y ladraban los perros.

Esta es la mía pensé y partí al extremo norte de la playa. Pero a poco andar me encontré con seis pescadores que habían aparecido de la nada, en dos camionetas. Ante ésto y siendo ya las 11:00 horas y con un viento arreciando, decidí partir a Caleta Totoral, sabiendo que el viento sería aún más fuerte.

Mientras viajaba, pensé que a pesar de todo, la interacción con los niños y el hecho que me hubiera transformado en un imán para ellos, aunque había conseguido frustrar mi pesca, no me molestaba mucho. El haberme relacionado con un alma de niño, tan básica y tan primitiva, me hacía recordar mi propia niñez y mi propia timidez, que obviamente estos niños no sufrían.

El ser humano tiene la naturaleza de sociabilizar y no hay que inhibírsela, y menos a un niño….

Y cuando ya pensaba volverme para la casa, llegamos al destino y la porfía pudo más. Y es así que incomprensiblemente me encontré en Caleta Totoral con mi traje de pesca completo, acompañado con un ventarrón de aquellos como para encargarlo. A pesar de todo, el agua presentaba un bonito tono turquesa.
Playa Caleta Totoral vista desde sector alto. Fotografía Jorge Thomas


Por si acaso intenté castear, encontrándome con la sorpresa que con un poco de entrenamiento podía aprovechar el viento para colocar la línea a una buena distancia, ya que el viento corría de Sur a Norte, en un ángulo de 45º aproximadamente. Ya casi en la bajamar, y con un marcado escalón producto del reventón de una única ola y de la resaca posterior, comencé a lanzar sin ninguna esperanza, más bien aprovechando para aprender a castear en situación extrema de viento.

Y fue a los pocos minutos, que en un pozón de orilla, un lenguado tomó la mosca, siendo mi premio para tan historiada salida. No medía más de treinta centímetros, pero la luchó como si tuviera más de cincuenta, retorciéndose y tratando de pegarse al fondo y hasta sacó un poco de línea. Venía enganchado por el costado del hocico, en el anzuelo de atrás.

Como hizo una bonita pelea y además tomó una mosca que yo no había probado, se ganó su libertad arrancando rápidamente cuando fue devuelto al agua. La gracia de pescar con mosca es que la lucha se siente directamente, sin interferencias de plomos ni carretes y además, no cuesta nada sacar el anzuelo.

El fotógrafo oficial nunca despertó, así es que solamente el lenguado posó para la posteridad….


Lenguado sacado con mosca en Caleta Totoral. Fotografía Jorge Thomas

La mosca la construí colocando dos anzuelos en tándem, con el anzuelo trasero invertido. A continuación se detalla la receta de atado :

Anzuelos : (2)Mustad 3407, o Daiichi 2546, atados en tandem con monofilamento 0.60mm
Cuerpo : Monofilamento 0.60mm
Alas : Sucesivas capas de Icelandic Sheep Hair gris; supreme hair gris claro; icelandic sheep hair negro y flashabou azul eléctrico. En los costados, flashabou perlescente.
Garganta : Supreme Hair rojo y sobre éste Streamer hair, o lana, color rojo
Ojos : fabricados de cinta reflectante dorada, pegados a la cabeza.
Cabeza : De hilo hasta dar forma y posteriormente bañada en resina epóxica.

M osca utilizada en esta aventura. Los pelos o fibras se pueden reemplazar por otros materiales más a la mano. Lo importante es que la mosca tenga acción. Fotografía Jorge Thomas


De regreso a casa, pasamos a visitar un lugar al Norte de Carrizal donde abunda el famoso cactus Copiapoa (Copiapoa Copiapoa Carrizalensis) y fotografiamos parala posteridad los cactus en plena floración.

Famoso cactus Copiapoa. Se ubica solamente en las cercanías de Carrizal y crece en racimos. Su flor es de un amarillo intenso. Fotografía Jorge Thomas

Y eso fue todo ???

Parece que si, o hasta la próxima ....
Jorge Thomas
Crónicas y Fotografías
EDITOR
</ align="justify">Claudio Espinosa
Fotografías

lunes, 24 de agosto de 2009

LA FASCINANTE EXPERIENCIA DE PESCAR UN LENGUADO CON MOSCA



Lenguado pescado con mosca. Fotografía Claudio Espinosa
En artículos anteriores di a conocer mi experiencia como pescador de mosca y la idea de su aplicación a las especies de mar.

No parecía muy difícil transplantar las técnicas de la pesca de truchas a otras especies como el lenguado o la corvina. No obstante, debo reconocer que estaba equivocado y parto por explicar las diferencias del entorno.

Efectivamente, a diferencia de la mayoría de los ríos que se pescan con mosca, que están encajonados, circundados de cerros, o de cortinas de árboles que protegen del viento, el mar se presenta sin obstáculos ante éste. En consecuencia, el pescador con mosca se enfrenta a un obstáculo inmediato: vencer la resistencia que provoca el viento al casteo, teniendo en cuenta además que las moscas son notoriamente más grandes y pesadas.

Por otro lado, normalmente la corriente viene hacia el pescador, por lo que la línea tiende a devolverse rápidamente.

Y en tercer término, está la línea que al ser sacada del carrete cae y se enreda en los pies producto de las olas, impidiendo un buen casteo, o una buena recogida.

En este punto, me parece necesario puntualizar que este artículo se refiere a la pesca desde la orilla, y no embarcado, ya que desde un bote el pescador puede neutralizar varios de estos obstáculos.

En la zona de Huasco, los vientos dominan durante el invierno y parte de la primavera, por lo que se me ha hecho difícil probar mi teoría.

En internet, se puede recoger experiencia de pesca del lenguado con mosca en Argentina, pero dicha pesca se reduce a lagunas mixtas (o marismas como se llaman en Chile), o en rías, que por efectos topográficos muy especiales son verdaderos ríos de agua salada, corriendo hacia un lado con la bajamar y hacia el lado contrario en la pleamar. En estos casos, los equipos mosqueros pueden ser los utilizados para trucha, con líneas hasta T200.

Pero verse enfrentado a las costas abiertas de nuestro Chile, es un desafío mayor.

En mi desesperación por obtener antecedentes válidos en Chile, di con mi amigo Sebastián Riedl, que ha desarrollado toda una tecnología, tanto de líneas como de moscas y que me dio las fuerzas para continuar en el tema y finalmente tener éxito.

Es esta experiencia la que comparto ahora con lo lectores del ciberespacio.


MOSCAS

Hace mucho tiempo que venía haciendo moscas para mar (ver artículos anteriores de Pesca con mosca en el Mar) y le pedí la opinión a Sebastián, quien las encontró apropiadas con la salvedad que por la forma de picar del lenguado, era necesario utilizar un anzuelo en tandem, o moscas tipo "tube flies", con el anzuelo atrás.

Para partir, hay que pensar en materiales como los que se utilizan en los patrones tradicionales denominados "Deceiver", o en aquellos con abundancia de pelos de ciervo, plumas de "saddle hackle" y materiales sintéticos como el Fish Hair, Ultra Hair, y el Flashabou.

Mis moscas las estoy atando de tal manera que tengan un largo total del orden de 12 cm, similar a lo que mide un pejerrey de aquellos que se utilizan como carnada.

El anzuelo tandem lo construí con el anzuelo de atrás invertido, unido al anzuelo principal con un nylon 0.60 mm, aprovechándolo para formar el cuerpo de la mosca. Unos grandes ojos y una cubierta de resina, o de barniz de uñas incoloro, completan la cabeza. Y que mejor que una buena imagen para entender el concepto ...


Mosca utilizada para el lenguado con anzuelo en tandem. Atado y fotografía Jorge Thomas

Los patrones de mar están evolucionando de acuerdo con la aparición en el mercado de materiales cada vez más versátiles. En todo caso, yo partí con una idea propia, que asemeja un pejerrey, pero hay que probar con moscas que se asemejen a sardinas, o incluso probar con colores fuertes y otros materiales.

CARRETE

El carrete debe ser robusto, con un buen freno regulable y de una capacidad adecuada para almacenar como mínimo 100 metros de "backing" más la respectiva línea, del orden de 100' de longitud. Hay que pensar que se utilizará línea #9 o #10.


CAÑA

La caña deberá ser apropiada para castear una línea #9 a 10, y preferentemente de acción rápida. Yo utilizo una caña Redington #9, de acción media-rápida y de 8'.7/8 de largo.


LINEAS

Dejo este tema para el final de la parte técnica, ya que no lo tengo totalmente resuelto. Por el momento, estoy utilizando una línea Floating, SAGE Equator #10, a la cual le incorporo un braided leader sinking de 6', que alguna vez utilicé en la pesca con mosca de río, con lo cual logro hundir la punta de la línea, para trabajar a media agua.

No obstante lo anterior, la solución para explorar el agua en un amplio espectro es utilizar varios "Shooting Heads", a lo menos uno floating, un intermedio y un fast sinking. Detrás del Shooting Head se incorpora un monofilamento denominado Amnesia, con capacidad para 30 lbs y detrás de éste, el backing.

El Shooting Head se une a la Amnesia mediante un loop. Delante del shooting se debe colocar un leader, que para este tipo de pesca puede ser un monofilamento de 0.40 mm.

Como los Shooting Heads son intercambiables fácilmente, se pueden explorar diferentes profundidades de agua en forma simple y efectiva.

Por último, esta disposición permite lanzamientos de mayor distancia, ya que los Shooting Heads tienen el peso concentrado en la punta y miden solamente 30' de largo.

Ya he encargado los Shooting Heads y estoy expectante para ver como mejora la pesca armando la línea con estos elementos.




EL STRIPPING BASKET

Un importante adminículo para evitar el enredo de la línea en los pies es el stripping basket que no es más que un recipiente plástico que se amarra con un cinturón y que permite almacenar la línea en éste, optimizando el casteo. Puede hacerse en forma artesanal ya sea con un bidón de 20 lts partido por la mitad, o bien una caja plástica de volumen similar.

DONDE PESCAR

Para poder pescar un lenguado con mosca, hay que saber detectar donde se encuentran éstos en la playa :

En los escalones que se forman al reventar la ola; en los pozones y en los pozos de orilla. En los bordes de la playa intentar desde las rocas, colocando la mosca en los lugares en que se vea fondo de arena. En los sectores de playa con grandes manchones de huiro, también intentar en los bordes limpios: puede haber un lenguado al acecho.

Borde rocoso medianamente profundo, con abundancia de huiros y fondo de arena.
Ideal para el lenguado. Fotografía Jorge Thomas

La recogida debe ser similar a la de streamers de ríos, a tirones espaciados y sin perder la tensión de la línea.

LA AVENTURA DE PESCA

El Sábado 21 de Agosto de 2009, como el mar todavía seguía malo en Huasco, partimos con Claudio Espinosa rumbo a Carrizal Bajo, más con la intención de ensayar el casteo y la recogida de la línea, que con el afán de pescar algo. Y sucedió que no pasó nada ni en la playa, ni en las rocas, y ya estaba a punto de tirar la esponja.

Y sucede que estando en las rocas, a la vista de todo el mundo ya que el camino bordea la playa, algunos lugareños miraban extrañados al pescador que se paseaba con un canasto en la cintura. Y fue de un auto que se bajaron dos personas extrañadas al ver semejante atrevido tratando de pescar con mosca en el mar.

Y uno de ellos resultó ser Mauricio Portilla, entusiasta pescador de la zona quien manifestó su interés por el tema y como iba rumbo a Pajonales me invitó a seguir más al Norte. Dicho y hecho; partimos al Norte y después de pasarnos, porque no hay letrero, nos metimos por un camino lleno de curvas y por el que no se divisaban señales de vida.

4 Km después vimos la playa, y la singular Caleta Pajonales. En menos de un segundo estaba en la playa que si bien normalmente es quieta, hacía notar la pleamar, acentuada por el mar revuelto y correntoso.

Estuve intentando en la playa sin éxito debido a las fuertes olas, por lo que seguí el consejo de Mauricio de pescar en el borde en un sector de rocas y fondo de huiros con manchones de arena. Un curioso niño se me pegó de inmediato, dificultando un poco más el casteo.

Los huiros que flotaban a destajo me hacían sentir falsas picadas, y el viento aunque a favor, no me dejaba colocar la línea en una "isla" de arena entre los huiros. Más de 15 minutos de casteo sin resultados me obligó a correrme más hacia la playa, donde repetí la operación casteando hacia una "isla" más amplia, ahora lograba llegar donde quería y acompañado de 3 niños, que miraban extrañados.
Y fue después de una "picada" de huiro, que sentí que un lenguado tomaba violentamente la mosca y trataba de llevarse al fondo su botín.
Después fue una lucha violenta, en la que sentía perfectamente como el lenguado se retorcía y después arrancaba hacia adentro y al fondo. Cuando aflojaba, aprovechaba para recoger línea y cuando volvía a la carga, le daba línea, siempre manteniéndola tensa.

Y después de varios intentos fallidos de acercarlo a la orilla, ayudado por las pequeñas olas, finalmente pude tomarlo. Era un bonito lenguado, de 50 cm de largo y de 2 Kg de peso.
Corroborando el éxito de la mosca, venía enganchado de la mandíbula superior, en el anzuelo invertido.


Detalle en que se aprecia la mosca utilizada.


El Editor con un bonito ejemplar sacado con mosca. Fotografía Claudio Espinosa
Al levantar el lenguado para sacarle la mosca, un vecino de la caleta ... me aplaudió ...
Satisfacción doble, porque saqué un lenguado con mosca pero también porque el diseño de mosca resultó.
Seguiré probando con otros patrones de mosca propios y después voy por las corvinas .... una tarea mayor...
Un día redondo, ¿que más se puede pedir?, sobretodo que unos minutos después se desató un ventarrón de aquellos, como si se estuviera aguantando ...

Jorge Thomas
Editor
Claudio Espinosa
Fotografías

viernes, 7 de agosto de 2009

TABLA DE MAREAS Y PUERTOS SECUNDARIOS

Para los pescadores de orilla es sagrado revisar la Tabla de mareas antes de cada salida de pesca. No faltarán aquellos que digan que son puras leseras y que siempre hay que pescar temprano en la mañana.

Pero los entendidos en el tema saben que la mejor opción para las corvinas y los lenguados es en las cercanías de la marea alta (pleamar), y que también se obtienen buenos resultados para los lenguados en las cercanías de la marea baja (bajamar), no así para las corvinas.

Los lugareños que se dedican a la pesca saben las horas de las mareas observando el mar y la luna. Pero los pescadores de fin de semana debemos consultar este importante dato.

Normalmente bastará con consultar la Tabla de mareas del puerto patrón, que nos indicará minutos más, minutos menos, la hora y altura de las 4 mareas que se producen diariamente. Para ésto se puede utilizar el vínculo a Tabla de Mareas que se puede pinchar en este mismo blog, o bien, el siguiente link :http://www.shoa.cl/servicios/mareas2/index.php

Ahora, si alguien quiere ser absolutamente preciso en las horas y alturas de marea, deberá consultar los datos del Puerto Patrón y los del Puerto secundario (lugar al que va a pescar) y con un sencilla operación matemática calcular los valores para el Puerto secundario.



EJEMPLO DE CALCULO

Para ilustrar la forma de utilizar la Tabla de los Puertos secundarios, realizaremos un cálculo el día 08 de Agosto de 2009 para el Puerto de Huasco (y por lo tanto, para las playas cercanas a dicho puerto).

A Huasco le corresponde el puerto patrón de Antofagasta, y los antecedentes de la Tabla de Mareas para el puerto patrón de Antofagasta, el día 08 de Agosto, son :

pleamar : Hora:04:28 - Altura:0.42 m
bajamar : Hora:10:54 - Altura:1.41 m
pleamar : Hora:17:24 - Altura:0.35 m
bajamar : Hora:23:13 - Altura:1.12 m

Los valores extraidos de la Tabla para las "diferencias de mareas" en Huasco, son los siguientes :

pleamar : Hora:+0:20 - Altura:-0.09 m
bajamar : Hora:+0:20 - Altura:-0.12 m
pleamar : Hora:+0:20 - Altura:-0.09 m
bajamar : Hora:+0:20 - Altura:-0.12 m

El signo + significa que al dato del puerto patrón hay que sumarle el valor del puerto secundario. Del mismo modo, si el signo es - al valor para el puerto patrón hay que restarle.

Aplicando los valores de la Tabla para el puerto de Huasco resulta lo siguiente :

pleamar : Hora:04:48 - Altura:0.33 m
bajamar : Hora:11:14 - Altura:1.29 m
pleamar : Hora:17:44 - Altura:0.26 m
bajamar : Hora:23:33 - Altura:1.00 m

Esperando haber aclarado las dudas de más de algún colega de aventuras se despide afectuosamente

EL EDITOR

miércoles, 6 de mayo de 2009

EL LENGUADO DE CUATRO OJOS

En un soleado día de Noviembre del año recién pasado, en el que el mar estaba extrañamente quieto, hice una de las mejores pescas desde que estoy en la zona.

Ese día llegué a la playa de Caleta Totoral con mi caña Silstar de 10 pies y mi carrete rotativo ABU Ambassadeur 6500 A. A las 8:30 ya estaba pescando; el mar estaba bajando y dejaba ver claramente el primer escalón en la arena. Me instalé frente al árbol caído, donde la orilla es de ripio y algo de arena, y lancé mi armada de un pejerrey. Por más que lancé, no pasó nada hasta cerca de las 10 de la mañana, casi ya en la decepción.

Sentí un picotón y después un peso sobre la armada. Dejé libre el freno del carrete por unos segundos y después clavé. Al otro lado, sentí una fuerte lucha y con ayuda de las pequeñas olas pude sacar mi primer lenguado, de un color beige, con manchas de color más oscuro.




Unos minutos después saqué otro y otro, hasta completar 9 lindos lenguados, todos con la misma tonalidad, debido a las características del fondo en que se encontraban.

Como la pesca se puso lenta, me corrí hacia la playa de arena, sector que normalmente tiene mucho huiro, pero aprovechando el buen clima me atreví a lanzar.

Al recoger sentí un fuerte tirón y solté el freno. Esperé unos segundos y clavé, pero enseguida noté que era un huiro. Al llegar a la orilla, efectivamente constaté lo anterior. Me quedó la duda si aquel tirón fue un huiro movido por la corriente, o de verdad había un lenguado rondando que picó y soltó, para después enredarme con el huiro.

Lancé el último pejerrey que me quedaba y empecé a recoger lentamente. Sentí un tirón similar al anterior, y luego otro. Tiene que ser lenguado, pensé y bajé la puntera, solté el freno, y conté hasta 20.

Tensé el nylon y clavé. Ahora si traía algo, pude sentir claramente la vibración de la lucha. Aprovechando la ola pude sacarlo a la orilla y me sentí observado, ya que la tonalidad especial y sobre todo el diseño de las manchas ovaladas del lenguado, de fondo amarillo con un círculo central negro, asemejaban un par de ojos extras en la espalda.

Me pareció tan simpático que lo devolví, ….. ¡para ver si otro día lo pesco de nuevo!.

miércoles, 11 de marzo de 2009

PESCA DEL RECUERDO EN CALDERA


Revisando unas antiguas fotos, encontré las de unas vacaciones soñadas en la ciudad de Caldera, que me pareció importante compartir.

Corría el año 1988 y organizamos con mi familia unas vacaciones en la localidad de Caldera, que yo no conocía, salvo por los excelentes comentarios de pesca que me llegaban.

Me enteré que existían algunos pescadores artesanales que sacaban a pescar a los turistas en bote. Y así fue como llegué a la casa de Don Héctor Valenzuela, curtido hombre de mar y conocido más que por ésto, porque no tomaba alcohol y porque pescaba solamente con Rapalas, o con carnada. Normalmente era el que más pescaba y con seguridad el que más sabía del mar. Además el mismo construía sus botes, o hacía embarcaciones a pedido.

Fue así como salimos varios días a principios de Marzo de ese año, a eso de las 5:30 de la mañana, y alternamos la pesca entre trolling, anclado y a la deriva. Esos días la pesca estuvo buena, pero nada extremadamente grande. Alternaron los Cascajos, los rollizos, alguna vieja roja, algún Apañado y la tradicional Cabrilla que siempre salía al trolling.

A la cuarta salida de pesca, quedamos de juntarnos como siempre a las 5:30 de la mañana. Pero las levantadas temprano me pasaron la cuenta, y cuando desperté ya eran más de las 7 de la mañana. Salí disparado por si acaso hubiera alguna remota posibilidad de salir de pesca, y más bien para dar explicaciones a Don Héctor.

Lo encontré sentado en la cuneta, con el motor fuera de borda al lado y fumándose un pucho. Luego de dar explicaciones, Don Héctor apuró la causa y nos fuimos raudos al muelle de Caldera.

El día estaba más bien feo, con una abundante nubosidad. Emprendimos rumbo y solté la Rapala Magnum Silver, de 18 cm, antes de salir de la bahía. Casi inmediatamente, sentí una parada en seco. ¡Corvina! gritó Don Héctor, y a continuación paró el motor.

Mi carrete Ambassadeur 7000 tenía el freno regulado para unos 10 Kg y no obstante, el zumbido del carrete ponía en evidencia que sacaban y sacaban nylon. Fue una pelea de más de media hora. Me paré para ver que era lo que traía y de a poco empecé a distinguir una potente silueta plateada que se retorcía en las profundidades.

¡¡Era corvina!!. Una linda corvina que pesó 12,5 Kg y midió 1,15 metros y que recuerdo con mucho nostalgia, porque está grabada como la primera pesca "de verdad", o "de cierto" como dicen algunos lugareños.

En Mayo de 1989 llegó mi hijo Jorge a la familia, y lo incorporamos al año siguiente a las vacaciones. Fuimos 5 años consecutivos a Caldera.

Lo que me enseñó Don Héctor Valenzuela, me sirvió años después para yo mismo poder decidir donde buscar las corvinas, como detectar las sierras y también cuando decidir irse para la casa cuando el día se ve malo. Pero no sólo me enseñó de pesca y de mar, también aprendí de él la forma de ver la vida, de convivir con la naturaleza, de vivir en armonía. Su particular filosofía, primitiva pero sabia, me enseñó a ver las cosas de forma diferente.



A Don Héctor lo vi por última vez el año 1994. Años después pregunté por él y alguien dijo que estaba muy enfermo y se había ido a Copiapó.

Uno piensa que las vivencias se diluyen con el tiempo, pero creo que aquellas importantes quedan y pasan a ser amistades, más que recuerdos. Han pasado tantos años sin saber de Don Héctor y las fotos me hicieron recordar que fue muy importante para mí.

Recuerdo una ocasión en que estábamos pescando merluzas con carnada, a unos 100 metros de profundidad y Don Héctor fumaba y fumaba un pucho tras otro, y sacaba merluzas, también una tras otra. Fue ahí que acuñó su célebre frase..."un cigarro, un Pescado; un Pescado, un cigarro"

Querido viejo, estés donde estés, debes estar preparando las rapalas para la pesca de tu vida. A lo mejor el Padre Negro quiere ir a navegar contigo.


Jorge Thomas
Editor

jueves, 19 de febrero de 2009

EL TRAUMÁTICO PASO DEL CARRETE FRONTAL AL CARRETE ROTATIVO



Si como la mayoría de los pescadores tú aprendiste a pescar con el carrete frontal, cuando te hablan de los carretes rotativos lo primero que te viene a la mente son las famosas "pelucas" (enredos del nylon sin solución).

Y como es natural, enseguida te preguntas ¿y para qué voy a cambiar mi forma de pescar, si hasta se lanza más lejos con carrete frontal?. ¿Para qué voy a perder mi escaso tiempo de pesca en aprender algo que no sé si va ser exitoso?

Bueno, son los mismos cuestionamientos que me hice cuando me decidí a intentarlo en forma seria.

Sucede que hace más de 20 años me regalé un carrete rotativo Abu Ambassadeur 6500 A, y lo usé solamente al trolling, y en ríos. Una vez intenté usarlo en el mar, pero "alguien" me dijo que era muy chico para ese tipo de pesca (y en realidad me parecía como chico). No obstante, el porfiado esperé a estar solo en la playa y me mandé una lanzada que todavía estoy tratando de desarmar la peluca.

Esa traumática ocasión me desmotivó, y aquel lindo carrete quedó guardado en algún rincón de mi casa, pero también quedó archivado en el baúl de los deseos no satisfechos. Por último, mi posterior incursión en la pesca con mosca lo dejó casi olvidado.



Cuando por motivos de trabajo me trasladé a Vallenar, armé nuevamente el equipo de pesca para mar y recordé aquel traumático episodio. Si bien pregunté a algunos amigos como usar el carrete rotativo, sentí como que no me contaban la película completa. En Internet, por otro lado, los más fanáticos de los carretes rotativos reconocían una merma de hasta un 15% en la distancia de lanzamiento y hasta recomendaban sacar el devanador(ordenador del hilo).

Ante tanto inconveniente, empecé a pescar con un carrete frontal marca Quantum, con capacidad para 260 metros de 0.35 mm. Y como tuve buenos resultados, no me preocupé de intentar con el Ambassadeur 6500, aunque siempre viajaba conmigo.

En Marzo de 2008, mi amigo Waldemar me dio unos consejos bien didácticos para iniciarse en la pesca con carrete rotativo, pero no fue hasta el mes de Noviembre que, aprovechando un día de pesca malo, me decidí a intentarlo. Y no tiré hacia la playa (consejo para los principiantes), sino que tiré directamente al mar, como si estuviera pescando. No niego que hice más de algún enredo, pero nada que no pudiera resolver rápidamente.

Los consejos, algunos de los cuales se indican en el catálogo del carrete, son los siguientes :

a) Calibrar el freno del eje de la bobina (3) de la siguiente manera: armar la caña con el aparejo de pesca, incluido el plomo. Tomar la caña y darle un toque con la muñeca, con lo que se producirá un descenso del plomo. Si el descenso es del orden de 10 cm, el freno estará bien. Si desciende mucho, apretar un poco el freno. Si desciende poco, soltar un poco el freno.

b) Con el freno del eje de la bobina así regulado, presionar el gatillo (2), que soltará la bobina (1). Intentar un lanzamiento desde atrás, manteniendo el dedo pulgar sobre el nylon. Dar impulso a la caña desde atrás y soltar el pulgar cuando el plomo toque el agua.

c) Una buena práctica irá mejorando el lanzamiento, y se podrán intentar otras técnicas, como el lanzamiento con golpe (o latigazo), o el lanzamiento lateral. Cuando se incorporen acciones dinámicas adicionales como las indicadas, se deberá ir ajustando el freno de acuerdo con los resultados.
d) Preocuparse también de regular el freno del carrete (4), de tal manera que al tirar del nylon, este no se corte.


Ventajas de la pesca con carrete rotativo
a) La recogida es menos cansadora que con un carrete frontal, y se siente mejor la traslación del aparejo, el contacto con el fondo, y por supuesto, las picadas.
b) El enganche y posterior lucha del pez se siente en forma directa, ya que el pez saca el nylon en el mismo sentido que se enrrolla, a diferencia del carrete frontal, en que el pez saca linea en forma perpendicular al sentido en que se enrolla.
c) Con un poco de costumbre, el lanzamiento pasará a ser casi natural, aunque al principio existirán unos pocos enredos.
Mi primera pesca de mar con carrete rotativo
Fue un día Sábado del mes de Noviembre, en que a pesar de la infructuosa salida de pesca a Caleta Totoral, entre Huasco y Caldera, me sentí lanzando bien y sin enredos. Por lo malo del mar, decidí ir a Quebrada Honda (unos 5 Km al Norte de Carrizal Bajo), a intentar en las rocas del sector Sur de la pequeña bahía.


Eran casi las 12 horas cuando bajé el pequeño acantilado y me instalé sobre las rocas. Previamente había cambiado la armada, poniendo un plomo de 30 gramos y el anzuelo al final. Un pejerrey mediano, y un anzuelo Mustad #7 completaban la armada.

En busca del lenguado, comencé lanzando en forma paralela a la playa, en sectores claros que evidenciaban la presencia de arena en el fondo. Había que recoger rápido para no enredarse en el fondo de algas y más de alguna roca en el camino.

Varias veces me había topado con algún huiro, pero en la tercera recogida sentí claramente el golpe y no tuve necesidad de esperar. El pez comenzó la lucha en forma inmediata. Y por lo que sentía en la línea, pensé que era más grande. Es lo que pasa con lo carretes rotativos, sientes que pescaste un tiburón.


El lenguado era de color café oscuro, supongo para mimetizarse con el color de las algas, y midió 42 cm. Lo notable es que en la lucha por liberarse del anzuelo, botó un pez medio digerido que al principio pensé era un jurelillo de unos 15 cm. Debe ser la escasez de pejerreyes pensé, pero al examinarlo mejor me llevé la sorpresa que era ¡¡una sierra!!



Poco rato después, saqué otro lenguado, al cual vi seguir la carnada y recogí hasta perderlo de vista. Pensé que no había caído en el engaño, pero unos segundos después sentí la enganchada. Este midió 35 cm, por lo que preferí devolverlo al agua.

Desde ese momento, no he vuelto a pescar con un carrete frontal.
Aunque es mi experiencia personal, creo que el aumento de sensibilidad fue fundamental para haber cambiado definitivamente mi forma de pescar.

Se que hay pescadores que utilizan los dos tipos de carretes, dependiendo si pescan con carnada, o si pescan con señuelo.

Yo, con el carrete rotativo......quedé envenenado.....

Jorge Thomas
Editor