sábado, 21 de junio de 2008

CUANDO LAS CORVINAS NO QUIEREN...

Playa Tontonado, sector denominado "Las Corvinas", una excelente oprtunidad para las "cola amarilla"



A muchos de nosotros nos ha pasado que sobre todo en estos meses de invierno, esperamos que el mar mejore y seguimos esperando, y cuando se nos presenta la oportunidad, emprendemos el rumbo a la Playa, detrás de la especial corvina, o "cola amarilla" como le decimos aquellos que les tenemos un especial aprecio.



En mi caso, el aprecio y la consideración es casi como el que les tengo a las truchas; con la diferencia que a las truchas las devuelvo al río, y con las corvinas, no se puede.

Se presentó la oportunidad el Sábado 14 de Junio pasado, día en que después de unos días muy malos, el mar misteriosamente se arregló. Decidí entonces partir rumbo a Los Bronces, sector que me parece es de lo mejor que existe en Huasco para las corvinas, porque a diferencia de otros lugares, en los que entran y salen, aquí, siempre hay.

Los Bronces, sin embargo, no es muy visitado, básicamente porque el camino es muy malo y porque las playas están abiertas al viento, de modo que un día en que haya un viento moderado en otra playa, aquí será fuerte. Además, si el mar está malo, no hay ninguna otra alternativa que devolverse a Huasco.

No obstante, partí aquel Sábado muy temprano, porque la llena era a las 7 de la mañana. Recorrí los 62 Km desde Huasco en 45 minutos y seguí con la camioneta hasta la Playa Tontonado (o Huevonado, como fue rebatizada recientemente), instalándome en el sector de "las corvinas", una playa de gran pendiente y orilla de bolones, en la que la resaca hace sonar las piedras cuando las arrastra. A pesar que tiene bolones en la orilla, presenta sectores de arena más adentro, aunque tiene mucha traba en el fondo.

He visto sacar en esta playa corvinas con chispa de metal blanco, y con nape. Precisamente cuando llegué, habían tres pescadores de Huasco; el "pestaña", el "pelao" y el Misael, que viven de la pesca. Me contaron que habían llegado el día antes en la tarde y habían acampado en la playa, pescando entre otras una corvina de 10 Kg, una de 8 Kg y varias de entre 2 y 3 Kg. La carnada utilizada fue el nape, que sacaron en Huasco y utilizaron hasta que se les acabó.

Me contaron que la mejor pesca la hicieron en la "piedra del auto", una playa ubicada unos 500 metros al Norte, con orilla de piedras, pero con un gran sector de arena hacia el norte.

Los dejé ahí y con la seguridad que habían corvinas, continué a pata hasta la "piedra del auto", y me ubiqué en el sector con más arena, en un correntón que prometía. Estábamos con el mar bajando cuando al frente mío, divisé una cola, a no más de 5 metros de distancia. Empecé lanzando mi rapala blanca con cabeza roja, seguí con la pejerrey, continué con la sardina y terminé con la amarilla con lomo celeste.

No pasó absolutamente nada. A diferencia de otras veces, en que puede que no anden corvinas, ahora tenía la certeza que si andaban, y circulaban por donde mismo iban dirigidos mis lances. Frustrado por el resultado, decidí lanzar más lejos, por lo que cambié a chispa, tampoco capturando nada. Seguí viendo colas y algunos lomos, pero no hubo caso. Hasta les tiré una mosca de mar por si acaso, pero no...

Entonces, cabe cuestionarse, ¿es la corvina que no quiere, o es el pescador, que no sabe?.

Humildemente, pienso que hay más de lo segundo que de lo primero. Pero, ¿cómo se resuelve el tema?. ¿Qué hay que hacer para convencer a las corvinas para que tomen el señuelo?

Me parece que la respuesta a esa pregunta la da la experiencia.........

................Y espero tenerla pronto.

Mientras tanto, las corvinas pueden tomar vacaciones....

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